La palabra duelo es sinónimo de dolor, de aflicción, de tristeza pero en todos los casos tiene diferentes matices. Tales matices dependen de la intensidad de la relación que se haya tenido en vida. Si la relación fue de alta confidencialidad, amor, lealtad y confianza la intensidad será más fuerte que cuando la relación haya sido afectada por desamor, traición, infidelidad, engaño o cualquier otra manifestación negativa de afecto y amistad. En cierto modo podemos decir que amar a una persona con lealtad y entrega es hacerle daño por el sufrimiento que pueda causar la ausencia. No obstante ese tipo de dolor, que entre otras cosas es diferente al dolor físico, es lo que nos hace humanos.
Dentro de su desesperación con cierta ira ella me preguntaba por qué suceden estas cosas. No se explicaba las razones por las que alguien tan joven tenía que abandonar el ser mientras que se aceptaba la pérdida de “las personas mayores” por la entendible razón de su edad y por haber cumplido su misión en la vida.
La explicación de hasta cuando se sufre el martirio de un duelo hay que encontrarla con el paso del tiempo cuando se cicatrizan las heridas y la mente termina aceptando la pérdida y adaptándose al nuevo orden de cosas. Solo en ese momento aprendemos a entender el suceso y a aceptar la muerte con mentalidad madura lo cual nos hace fuertes y sabios. A eso se le llama experiencia.
Hay personas a quienes les cuesta aceptar la pérdida y se entregan permanentemente al dolor de forma tal que de no darse cuenta del mal que se hacen, sus fuerzas y el sentido de la existencia se debilitan hasta que se enferman envejecen y se dejan morir. Es común el dicho: “murió de pena moral”. Esa pena moral es el resultado de consentir el sufrimiento y el dolor al no encontrar sustituto a la relación que se tenía.
Personas en esa situación deben preguntarse si consideran que el mundo era tan solo esa otra persona a fín de que terminen por aceptar y entender que hay cosas maravillosas por disfrutar y que a pesar de lo queridas que hayan sido, no es razón explicable para que que tengamos que dar por concluida también nuestra existencia en este mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario