LEY DE LA ATRACCIÓN

“¿Por qué los buzos siempre se tiran al mar de espaldas? Porque si se tiraran hacia delante, se estrellarían contra el bote”

Autor anónimo

- Hace poco tiempo un sacerdote en uso de buen retiro exhortaba a ser flexibles y a lanzarse a la aventura sin titubear, a atreverse a hacer todo lo que a uno se le ocurre sin detenerse en “normas anacrónicas” ni en esquemas arcaicos, y hasta hablaba en términos de sexología cuando afirmaba que había que abandonar posturas trasnochadas. Hay que ser atrevidos sin detenerse en el “qué dirán” decía.

- En contraste, una temible guerrillera que vivió veinte años haciendo todo lo que quiso, después del asedio del ejército al entregarse desesperada confesaba su inocencia por la cantidad de crímenes cometidos y agregaba: “En cuanto a mis camaradas, están muy mal. Creo que algunos ¡están perdiendo la moral!”. ¿Pero se piensan desmovilizar? Preguntaba un periodista. “Algunos sí, otros seguirán trabajando…”

- Uno de esos personajes que adivinan la suerte por medio de los astros, después de pasar muchos años leyendo el tabaco, la palma de la mano, el Tarot y hasta la taza del chocolate a altas personalidades -quien lo creyera-, sorprendentemente terminó diciendo: “si uno no hace lo que debe hacer en la vida, ninguna vela, ninguna piedra ni ningún ungüento lo va a hacer por uno”. Sobre estas cosas, el científico astrónomo norteamericano Carl Sagan hacía esta interesante pregunta: “Si la astrología es verdad ¿Por qué en el caso de los mellizos uno puede morir en la infancia o sufrir un grave accidente y el otro vivir una próspera vejez?”. Muchos conocemos mellizos que han llevado vidas diferentes, con suertes totalmente distintas.

Después de casi tres millones de años de historia, la humanidad sigue creyendo en brujerías, en cosas mágicas y en conjuros, seguros de que la suerte y la felicidad o la desgracia vienen de afuera con tan solo pensarlo. Tan fácil como creer que todo lo que uno cree, eso es lo que se produce y lo que atrae para sí. En las emisoras abundan los falsos profetas, pitonisas y adivinos.

Sin duda la imaginación, la visión, la fantasía y el pensamiento positivo son extraordinarios ingredientes que nos hacen soñar e incluso nos lanzan al descubrimiento de cosas extraordinarias, pero deben estar acompañadas de la acción y de la sensatez si realmente queremos convertir nuestros sueños en realidad y en progreso de la humanidad, como lo hicieron los grandes inventores en su momento, como lo hizo Walt Disney con la alegría de sus muñequitos y su extraordinaria fantasía de luz y color, o como nos lo está haciendo vivir Bill Gates y muchos otros visionarios.

Es hora de reemplazar las burbujas de vidrio por la fe en sí mismos, las cartas de la baraja y el tabaco por la perseverancia y el trabajo; la ignorancia de lo desconocido por el albur de la creatividad para poder ver lo que otros no han visto; la audacia en nuestras acciones para lograr el cambio y ejercitar el pensamiento positivo para ser parte de la solución y no el problema.