jueves, 10 de julio de 2008

El poder y el éxito en la vida dependen de lo que usted quiere ser

“Poner la responsabilidad de la propia vida en manos de alguien más poderoso muy posible sea relajante, pero no deja de ser hasta cierto punto humillante…Tu eres quien escribe tu destino. Dios te ha dado la tinta y el papel para hacerlo, te ha dado el poder del pensamiento y el don de la inteligencia”
Walter Riso

A lo largo de mis años he presenciado las consecuencias tanto negativas como positivas de los desastres naturales: terremotos, erupciones volcánicas, marejadas, maremotos o tsunamis, huracanes, tornados e inundaciones cuyos impactos han devastado familias enteras y cuyos sobrevivientes lo han perdido todo incluyendo lo más preciado de la existencia: sus seres queridos. Esos desastres han dejado tristeza, dolor, amargura, desilusión, incredulidad y desesperanza. También he sido testigo de personas a quienes la vida desde antes de su nacimiento les negó la posibilidad de ser personas corrientes, por una mala pasada del destino, porque nacieron con defectos físicos graves o con carencias de diferente índole.

Las almas pobres de espíritu, sin ilusión, sin horizonte, aún sin haber sufrido infortunio alguno de la naturaleza ni de ningún otro tipo, se entregan a su incapacidad y a su infelicidad ignorando por inercia, y también por gusto, el gran poder que existe en cada ser y el cual sale a flote solamente cuando cada uno se lo propone. Después de la tragedia cuando ha pasado el tiempo lo verdaderamente importante para quienes han tenido espíritu de triunfadores ha sido la forma en que se adaptaron y decidieron seguir viviendo. Ese tipo de personas nunca desconfiaron de sí mismos y por dignidad y amor propio se opusieron a la adversidad entregándose sin resignación, con paciencia, humildad y perseverancia al trabajo duro de empezar de cero. Muchos de ellos lograron rehacer su vida, tener una familia, ser empresarios de éxito y alcanzar el umbral de la fama. ¿Son seres excepcionales? Desde luego que sí. Su excepción consiste en que, un día a pesar de su sufrimiento, se decidieron a ser diferentes poniendo todo su entusiasmo en construir su mundo como lo soñaron.

Thomas Alba Edison, creador de la bombilla eléctrica y de cerca de 1100 objetos más, una noche de 1914 cuando tenía 61 años trabajando en su laboratorio sufrió un incendio que lo destruyó absolutamente todo. No se sentó a llorar ni se cruzó de brazos a lamentarse. Al día siguiente reunió a todos sus familiares y les dijo: “empezaremos de nuevo, emplearemos máquinas y obreros”; y consiguió dinero. En otra oportunidad comentó: “La Genialidad es un uno por ciento inspiración y un noventa y nueve por ciento de fibra...nunca he hecho nada por accidente, ni ninguno de mis inventos surgió por casualidad, surgieron del trabajo”.

El ciudadano colombiano Jairo Klopatofsky a edad muy temprana y cuando apenas estaba en la universidad estudiando Derecho sufrió un accidente automovilístico a raíz del cual quedó paralizado de la cintura para abajo y reducido a una silla de ruedas. A pesar de ese grave accidente logró culminar su carrera llegando a ser un político destacado que lucha en el Congreso de la República en favor de los discapacitados.

Christofer Reev el famoso Supermán norteamericano de los años setenta y ochenta sufrió doble fractura a la altura de la columna cervical y daños en su espina dorsal al caer de un caballo, dificultad que lo invalidó de por vida. No obstante durante esos diez años de incapacidad, cuando solo podía mover sus ojos, dos dedos y hacer señas levemente con su cabeza creó una fundación para ayudar a las investigaciones sobre parálisis y escribió los libros: “Todavía yo” y “Nada es imposible”.

Helen Keller, ciega, sorda y muda desde su infancia con la ayuda de Anne Sullivan aprendió a leer y escribir y logró hacerse entender en la política y la diplomacia internacional.

Stephen Hawaking, el extraordinario científico inglés, paralizado de pies a cabeza por una enfermedad degenerativa y con dificultades para hablar debido a una cirugía de la tráquea que le dañó las cuerdas bocales escribió la obra “Perdidos en el espacio” la cual fue llevada al cine. A la edad de 65 años viajó al espacio y logró su sueño de flotar libremente en la atmósfera experimentando la carencia de la fuerza de gravedad.

Victor Frankl, ese valeroso psiquiatra austriaco quien padeció los rigores de los campos de concentración nazi, entre otras cosas ha dicho: “Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas –la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias- para decidir su propio camino…Debemos a la Segunda Guerra Mundial el haber enriquecido nuestros conocimientos sobre la psicopatología de las masas, al regalarnos la guerra de nervios y la vivencia única e inolvidable de los campos de concentración”

Todas estas experiencias de vida y muchas otras ejemplares, no son otra cosa que el resultado de aferrarse a la vida, de respetarse a sí mismos y de querer servir a la humanidad antes de abandonar este mundo, convencidos de que es dentro de cada uno de nosotros que reside el gran poder de la excelencia, de llegar a ser quienes queremos ser y de que el triunfo depende de lo que nos propongamos en la vida a pesar de las adversidades. Solo se necesita prepararnos mentalmente y todo eso es posible, si lo queremos.

Leonardo Rivera Pérez
info@secretosparatriunfar.com

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