Los siguientes comentarios fueron tomados del artículo “No se haga odiar del subalterno” escrito por Ignacio Arismendi y los cuales describen actitudes típicas de algunos jefes:
- No saludan al subordinado ni a nadie
- Lo Citan solo o casi siempre para regañarlo o llamarle la atención
- No le reconocen un buen trabajo
- No lo mantienen informado de lo que debe saber
- No le perdonan ni una sola equivocación
- No leen los informes y documentos que le prepara el empleado
- No saben escucharlo
- No lo dejan hablar o lo interrumpen cuando está en uso de la palabra
- Lo Sancionan sin justicia
- Le exigen con frecuencia que trabaje más horas de las acordadas y no se las reconocen.
- Irrespetan e invaden el tiempo de descanso del subalterno
- Por principio dicen “no” a las propuestas presentadas por éste
- Se exceden en supervisión o vigilancia
- Se pegan de “chichiguas” rutinarias para llamarle la atención o incomodarlo
- Lo regañan delante de otros subalternos o de visitantes
- Acostumbran a gritarle en lugar de hablarle
- Lo tratan de “animal”, “estúpido”, “bruto” o formas peores que atentan contra la dignidad y la autoestima
- Se muestran habitualmente inaccesibles de modo que a los subordinados les de toda la dificultad posible para hablar con su jefe.
- Se entrometen en forma indebida en la vida privada de su empleado máxime si ella en nada está afectando su rendimiento laboral o la imagen de la organización
- Contestan usualmente en términos groseros o inapropiados
- Lo Amenazan con frecuencia
- Se fijan más en lo negativo que en lo positivo
- Le Hacen promesas y no se las cumplen
- Lo ridiculizan
¿Qué hacer en estos casos? A los empresarios les cabe la responsabilidad de enviar a tales jefes a cursos de capacitación en donde se les haga caer en cuenta de los inconvenientes que genera su comportamiento en la Institución. Las personas designadas en cargos ejecutivos deben reconocer que los conceptos administrativos antiguos han cambiado y que en la actualidad se requiere de un mayor acercamiento con los subalternos, con los superiores y con los clientes a quienes debe su supervivencia como jefes. Los subalternos deben tener el valor de hacer conocer, de manera respetuosa, la actitud de sus jefes a sus superiores en la confianza de que ellos sabrán tomar las medidas pertinentes. En muchos de los casos desafortunadamente es difícil mejorar ese ambiente de trabajo ya sea porque los jefes han sido nombrados por recomendación o nexos familiares con los socios o los dueños de la empresa. En ese caso querido amigo o amiga. Usted deberá prepararse para solicitar un cambio de sección e incluso para tomar la decisión de renunciar a su cargo y buscarse otras condiciones en donde se sienta mejor y tenga mejores posibilidades.
Como padres debemos inculcar en nuestros hijos verdaderos conceptos de liderazgo no solo para que sean mejores ciudadanos sino para que se conviertan en los impulsores integrales del desarrollo que el mundo necesita.
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